El bipartidismo en España huele a su fin. Queda mucho para noviembre, pero la imagen de ver al PP y PSOE repartiéndose el papel de gobierno y oposición se va a desvanecer. La irrupción de Podemos dará un vuelco al mapa electoral y ya veremos las consecuencias que puede tener para el partido de la rosa como el de la gaviotas. Y para otras formaciones. IU, al igual que el PSOE parece un gallinero con sus luchas internas, o UPyD que dejó escapar una gran oportunidad por su renuncia a ir de la mano con Ciudadanos, pueden ver muy mermada su presencia en el Congreso y Senado y no decir tiene la del PSOE. La diversificación del voto en la izquierda va a pasar factura a los partidos clásicos. Miren lo que pasó en Grecia con el PASOC. Que tomen nota. Queda mucho para noviembre y van a tener que ponerse las pilas.
Antes del paso por las urnas en las Generales de noviembre nos esperan las Autonómicas y Municipales. El pistoletazo de salida a los comicios ya se ha dado. Con permiso del PSOE, el pulso es cosa de dos: PP-Podemos. Ya ha comenzado la guerra dialéctica en una u otra dirección. Mensajes, ‘puyitas’, descalificaciones, la carrera por el logro del voto es una realidad. Es el reto. En juego está la llave de La Moncloa.
Podemos está apostando por la movilización. Está llenando pabellones y calles. El pasado sábado se paralizó el centro de Madrid. Desde la formación se estimó la presencia de 300.000 personas, mientras que la cifra dada por las fuerzas policiales fue de 100.000. Lo de los números es lo de menos. Lo que es palpable, tangible y real, la sintonía que hay entre una importante parte de la ciudadanía con la formación liderada por Pablo Iglesias. Por mucho que se intente distraer, minusvalorar o ridiculizar, en su momento se les tildó de ‘perroflautas’, Podemos se ha hecho con un hueco en el espectro político y goza de un caldo y número de electores que ya se verá si los incrementa o no en noviembre. Lo mismo les ocurrirá a los partidos políticos de viejo cuño, pero con el agravante de que ellos pueden ver perder votos al tener su techo que viene marcado por su actual número de diputados y senadores.
Podemos ha lanzado su eslogan que ha calado. ‘El ya archiconocido Tic, tac’. El aviso de Pablo Iglesias a Mariano Rajoy de que el 31 de enero se iba a iniciar la cuenta atrás de su salida del Gobierno. Un grito de guerra que va a ser constante, machacón y repetitivo en todos sus actos y que va a causar hastío, irritabilidad y pesadez en el partido de las gaviotas. Se van a tener que armar de paciencia por el goteo de chistes y burla que está causando.
Mientras, en Génova se ha apostado por tirar de spots para acercarse a la ciudadanía. Rajoy salió del plasma. Bajo el lema ‘Queda mucho por hacer’. En el primero, que podría haberse titulado ‘Confidencias Cola Cao’, se puede ver a Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal, Carlos Floriano, Javier Arenas y Esteban González Pons, reunidos en un salón tomando café calentito y hablando sobre los retos futuros del partido, colgándose la medallita de la recuperación económica y el momento estelar de Floriano al soltar si al “PP le ha faltado piel a la hora de contar las cosas” y la cara de póker que pone Cospedal.
Un anuncio o vídeo, como quieran llamar, que ha tenido una segunda entrega. En él, aparece Mariano Rajoy llamando a la puerta de varios domicilios, emulando en su día al vendedor del Círculo de Lectores o a la de Avon o actualmente al repartidor de Telepizza o al cobrador del frac. El presidente del Gobierno, tras tocar el timbre de la puerta, se presenta de esa manera improvisada y suelta su mensajito de marras. “Sólo venía a daros las gracias. Esto lo estamos consiguiendo gracias a ti y a millones de personas como tú. Estamos dejando atrás la crisis”, dice Rajoy.
Una visita concertada y que ha sido elegida de antemano mirando bien el censo. Una imagen, poco creíble y que a más de uno le puede haber removido las tripas en varios casos. Que se lo pregunten a un parado, a un afectado por hepatitis C, a un estudiante de clase media o baja que verá incrementado el precio de su carrera por el decreto del Gobierno de ampliar los másteres en dos años y por supuesto, a un embargado, aunque en este caso es obvio, que ya sin piso, no podría escuchar el ‘toc, toc’ o el ‘ring, ring’ del presidente. Aunque no nos engañemos, en los casos del parado, afectado por la hepatitis C o del estudiante si mirasen antes por la mirilla, a buen seguro, que no le abrirían la puerta por mucha ‘moto’ que les tratara de vender.
Podemos echa mano del reloj: ‘Tic, tac’. El PP de la puerta: ‘Toc, toc’ para llegar al electorado, a la ciudadanía, al pueblo, a la sociedad. Ambas tácticas han tenido una respuesta. Las que valen e importan hacen hincapié en el posicionamiento o estimación futura de votos, pero somos España, y las ha habido satíricas y oportunistas en plan comercial. Que si imaginándose a Todo el mundo arrima el ascua a su sardina. Nos esperan unos meses intensos. PP y Podemos pondrán toda la maquinaria y propaganda en funcionamiento. A unos se les puede hacer muy largo este tiempo, y a otros, tener margen para tratar de recuperar terreno. Quieran o no, la referencia de Grecia la van a tener muy cuenta. Según le vayan a los helenos lo utilizarán para sus intereses. Nos va a tocar escuchar de todo. Pero por favor, nada de descalificaciones. Eso de llamar ‘Billetero’ al señor Monedero sobra. Se supone que son aspirantes a representarnos y no a ser un monologista en el Club de la Comedia. Por favor, un político haciendo de cómico resulta patético.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.