Del Bosque debe sacar el bisturí

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Vicente del Bosque

La Roja sigue depre. Su juego no transmite. El año después del Mundial trajo consigo una regeneración, pero las nuevas piezas no acaban de engrasar. La sombra de los Xavi, Xabi Alonso y David Villa no es alargada es sideral.  Además, la segunda unidad, casos de Cesc, Cazorla, Pedro no han asumido los galones que debían coger. Del Bosque hizo la regeneración. Para algunos, faltan piezas, pero solo puedan entrar 24 en cada convocatoria.  El seleccionador sigue fiel a su dibujo y filosofía de juego.  Apostó por los Diego Costa, Koke, Isco, Morata, Alcácer.  No queda otra que paciencia y que Thiago Alcántara deje de ser blanco de las lesiones.

Las comparaciones son odiosas. Fuimos los que fuimos. Eso permanecerá siempre en la memoria histórica y en la de cada uno. Se marcharon futbolistas irrepetibles y han llegado otros, los cuales, tienen sus señas de identidad.  El tiempo, ese imperturbable notario de la realidad,  les pondrá en su sitio. No podemos estar continuamente acordarnos de nuestros días de gloria. Nos toca pasar por una dolorosa travesía por el desierto. Nos toca apretar los dientes, sufrir, convivir con tropiezos y partidos grises. Hay que dar tiempo al nuevo bloque.

La falta de puntería se está sacando con punta, pero en tiempos pasados, La Roja no hizo gala de ser una máquina goleadora. Recuerden los marcadores escuetos y ajustados en el Mundial. El 1-0 fue el resultado al que nos abonamos para levantar la Copa del Mundo. La escasez anotadora llevó a Del Bosque a explotar su teoría del falso ‘9’ que tan buenos resultados nos trajo pese a contar en nómina con contrastados delanteros. Ahora nos pasa algo similar. Y lo dicho. Paciencia con Diego Costa, Paco Alcácer, Morata, Juanmi, Vitolo y compañía.

La mala imagen en Ucrania y la derrota en Holanda ha avivado el típico y oportunista debate sobre la continuidad de Del Bosque. Que si debe abandonar el cargo antes de la Eurocopa 2016. Dantesco. A los que lo fomentan hay que premiarles por su originalidad. Y ya sueltan algún que otro hombre. Algún que otro amiguete. Así funciona el invento. Tristemente. El cargo de seleccionador no es cuestión de modas o preferencias. Debe asumirlo alguien equilibrado, y con experiencia. Dejemos a un lado a los personajes mediáticos a los que se pone en la cresta de la ola sin haber empatado con nadie. No solo vale con un discurso grandilocuente o divertido.

Ante Holanda, La Roja salió con nueve jugadores diferentes al que se enfrentó a Ucrania. Todo un banco de pruebas para opositar a La Roja. Unos tachan de una tropelía la apuesta del seleccionador al que acusan de perder una oportunidad para ir probando al bloque. Seguro que lo habría hecho con gusto, pero él, al igual que sus colegas, tienen un enemigo común: el calendario. Ahora que los clubes se encuentran jugándose la temporada, Del Bosque como el resto deben medir sus impulsos y ante un partido amistoso se coartan ante el riego de una lesión de sus internacionales.

 Del Bosque debe cumplir su contrato y luego ya habrá tiempo para decidir lo que mejor convenga a La Roja. Lo que el seleccionador debe hacer es pasar página y dejar de estar permanentemente agradecido a una serie de futbolistas y no esperar a que ellos den el paso de poner fecha de caducidad a La Roja.  Tiene que sacar el bisturí. El tiempo para La Roja de los Cazorla, Pedro o Cesc huele a su fin. Deben dar paso a otros.

Más deberes para el seleccionador, el cual también tendría que aparcar otro vicio. La selección es un club y hay ocasiones en las que futbolistas sin estar al cien por cien juegan por decreto. Ahí está el caso de Sergio Busquets. Nadie duda e su rol y peso específico. El azulgrana salió recientemente de una lesión y fue convocado por La Roja sin estar en plenitud de condiciones. Tenemos recambios en momentos puntuales para el de Badía.

About Francisco J. Molina Quirós

Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.

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