Se nos quiere vender que está aumentado el empleo. Puede que los contratos, pero los datos son los datos. Cuando Rajoy llegó a La Moncloa había 16.591 millones de ocupados. Ahora mismo la cifra es de 15.766 millones. Eso de la recuperación, con matices, con muchos matices. Queda mucha tarea. No hay que sacar aún pecho, populares. La EPA dio la semana pasada unas cifras alentadoras, pero también desalentadoras. La tasa del paro se ha colocado en el 24,47 por ciento. El número de parados se ha reducido en un año en 310.400 personas y en el segundo trimestre de 2014 se han creado 424.500 empleos y que hay 192.400 ocupados más. Pero en estos datos también hay letra pequeña. En el primer trimestre de 2014 , la tasa de desempleo subió al 25,93 por ciento con 5.933.300 parados. Se destruyeron 184,600 puestos de trabajo.
Somos una cadena. En el mundo laboral, por supuesto que también. Un dato cruel y revelador. En 2013, las empresas del Ibex 35, las mejores de nuestro país, ganaron 17.700 millones y despidieron a 120.809 trabajadores y trabajadoras. Ese es el origen del desempleo. Empresas que ya no ganan grandes cantidades de antaño, pero que siguen teniendo beneficios, aunque quieran vender que son números rojos. En vez de contratar a más empleados lo que hacen es recortar el salario a sus trabajadores y con ello agravan más el problema. Está claro que la creación de puestos de trabajo no es como hacer churros. Pero el propio sistema se empeña en ponernos zancadillas y trabas. Esencialmente con esa política de recortes de las empresas. Con la simple reducción de los salarios de sus trabajadores. A ellos se les invita con sus ingresos a tener que consumir y con ese gesto lo que hacen es gastar y contribuir a que el dinero entre en las pequeñas, medianas y grandes empresas, las cuales, con su plan de reducir salarios lo que hacen indirectamente es fomentar el desempleo, pues no contratan a nadie. Empresas, las del Ibex 35, que tienen filiales e intereses fuera de España.
El Gobierno debe ser más imaginativo en la política de fomento de empleo. Es bonito lanzar la campaña del emprendimiento, pero es también como querer quitarse el muerto de encima. Que casa uno se busque la vida cuando ha sido él con su política laboral que ha permitido que las empresas hayan tenido barra libre para destruir empleo echando mano del ERE de rigor, un efecto boomerang, pues luego el Gobierno es el que se hace cargo del sueldo de los parados y eso repercute negativa y globalmente en la totalidad de los españoles. El Gobierno debe premiar a las empresas en su política de creación de empleo. A las grandes, medianas y pequeñas. Las segundas son las que generan el 65 por ciento del empleo, pero necesitan un empujón. Ayudas , bonificaciones y facilidades en los créditos.