Me imagino que como a un montón de ustedes le haya podido causar sorpresa la rápida actuación de la Justicia para decidir sobre la huelga del fútbol español que planeaba este fin de semana en todos los campos de la geografía En un tiempo récord, la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional entró en la cuestión y suspendió la huelga convocada por la AFE. Una modificación del convenio colectivo vigente, el desorden organizativo, las vacaciones de los futbolistas fueron algunas de las razones que llevaron a tomar esta decisión.
Uno se queda impávido y desolado ante esta actuación express. Lo digo en relación a todos los procesos de corrupción abiertos que nos vienen inundando y otras cuestiones legales que se llevan de manera constante a los tribunales que se eternizan en el tiempo y que no gozan de una urgencia en su resolución lo que da paso a esa lentitud por antonomasia que hace gala la Justicia en España.
Si con el fútbol hay una excepción que se levante la veda con los corruptos, acosadores, asesinos de maltrato… Pero está claro, que con el fútbol hemos topado. Su poder de influencia es incuestionable . Este verano se van a cumplir 20 años de aquellas movilizaciones históricas en Sevilla y Vigo que se dieron por el descenso administrativo del Sevilla y Celta que finalmente no se produjo ante la avalancha y manifestaciones de sus aficiones.
Uno echa de menos esa respuesta de la ciudadanía ante problemas cotidianos y generales que nos perturban el día a día: el paro, la corrupción, recorte de ayudas, pérdida en los derechos de los trabajadores… La aparición del 15-M, que ahora celebra su cuarto año, puso un punto y aparte en el sentir ciudadano y una regeneración con la llegada de nuevos actores en la política. Pero el fútbol es el fútbol. Un arma que le viene como anillo al dedo a nuestra clase dirigente y que le ha servido de bálsamo en muchas ocasiones para desviar la atención y aprovecharse del subidón futbolero en época de éxitos.
La Justicia entró a saco en el tema de la huelga del fútbol. Sensacional. Un problema menos. En juego está la resolución de la Liga. No se podía interferir en su desarrollo. Está claro que para millones de españoles es prioritario e importante en conocer la identidad del campeón, los clubes que jugarán la próxima edición de la Liga de Campeones, Europa League, los que descenderán… Todo ello lícito. Pero hemos perdido un precioso tiempo en dedicar nuestros desvelos por ello y haberlos puesto en el otro partido que tenemos a la par.
Un partido más decisivo. No es uno cualquiera. Es el que tenemos todos cada cuatro años. En este nos jugamos más. El 24 tenemos una cita con las urnas y debemos decidir a quién confiar nuestro poder a los futuros presidentes de las Comunidades Autónomas, alcaldes, diputados y concejales. Viendo las actitudes de nuestras distinguidas señorías debemos hilar fino. Estamos en un momento decisivo e histórico, pero parece que solo nos vale que los políticos se acuerden de nosotros enviándonos por correo a nuestro domicilio una carta con sus papeletas o verles por la tele pedir el voto de la manera más ocurrente. Algunas veces rozando el ridículo, pero está claro que todo vale por el voto. Esperemos que nadie se apunte lo de la desconvocatoria de la huelga del fútbol. Lo que pedimos es celeridad en la Justicia con los corruptos y otras cuestiones.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.