Uno de los emblemas de la capital como es la antigua estación de Príncipe Pío –en un estado lamentable en muchas zonas- recuperará el uso de oficinas que tuvo en su día y permitirá la instalación de actividades relacionadas con servicios al público e implantación de sedes o delegaciones de empresas u organismos, como recoge el Plan Especial aprobado inicialmente este jueves por la Junta de Gobierno, presidida por la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.
Impulsar la actividad en el recinto de la estación de Príncipe Pío y mejorar los mecanismos de protección del edificio histórico son los principales objetivos del Plan Especial que ordena los usos del recinto, de 43.040 m2 de superficie, en el que coexisten el centro comercial y el intercambiador de transportes Príncipe Pío.
Hasta ahora, el uso permitido en los locales existentes en este complejo ha sido exclusivamente el comercial, y no existía la posibilidad de instalar otros usos terciarios. El documento urbanístico, que hoy ha recibido luz verde, recupera el uso de oficinas que ya tuvo en su día con las dependencias administrativas de Renfe, y permite la instalación de actividades relacionadas con servicios al público, instalación de sedes o delegaciones de empresas u organismos.
Además, el nuevo documento abre paso a otros servicios terciarios con actividades tales como servicios sanitarios que no requieran cirugía, servicios educativos no reglados, distintas actividades de ocio, o las relacionadas con la estética, como peluquerías, salones de belleza, etc. El documento trata, en suma de adaptar el recinto a la realidad socio-económica del ámbito y dotarlo de mayor actividad y contenido.
Desde la redacción del Plan General de 1997, la ordenación del recinto ha sufrido diversas modificaciones que han atomizado las directrices que existían sobre él. Por ello, el Plan Especial, además de recoger el régimen de obras admisible, unifica y refunde la normativa de los planeamientos anteriores, de forma que sea un único documento el que clarifique el contenido normativo del mismo, de cara a su aplicación.
Para conseguir esa claridad normativa, el documento entiende la planta del edificio histórico como un único local, con independencia de la posterior compartimentación de la misma para la implantación de los operadores minoristas. Por ello, la superficie útil de cada planta, en formato de centro comercial, se computará en su conjunto como un único local, con independencia de su compartimentación por unidad de actividad independiente por operadores minoristas.
El conjunto, con una edificabilidad de 37.513 m2 que el Plan Especial no modifica, está protegido con nivel 1 grado singular y cuenta con declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) por la Comunidad de Madrid.