Al séptimo partido. En el séptimo día de la semana. En su séptimo intento ante Luxemburgo llegó su primer gol. Tras una serie de rechaces a la salida de una falta lateral, el balón le llegó a Diego Costa, y por fin, se estrenó. Aleluya. El hispano brasileño se quitó una losa que le perseguía desde su debut. 512 minutos necesitó para bautizarse como goleador con España. Al séptimo partido ya pudo descansar.
De entrada, la noticia estuvo en la alineación. Más en concreto en la portería. Casillas fue suplente. De Gea, titular. Habrá que esperar al 15 de noviembre ante Bielorrusia en Huelva para saber si el cambio en la portería es una realidad. Tiempo suficiente alimentar el debate. No fue la única novedad en el once con respecto al desastre de Zilina. Dani Carvajal, Marc Bartra y Paco Alcácer entraron por Juanfran, Raúl Albiol y Cesc. La titularidad de Alcácer supuso el reencuentro de un ataque bipolar y con el tradicional 4-4-2.
Partido plácido. Luxemburgo fue pura inocencia. No opuso ninguna resistencia. Intentaron copiar la patente eslovena. Le dio a Iniesta, David Silva, Koke y compañía el balón como señuelo. Ordenaditos, cerraditos, todos por detrás del balón y a esperar una contra. Pero la flauta no sonó como tres días antes en Zilina. Muy buena predisposición, pero Luxemburgo no ofreció la intensidad de Eslovenia. Era cuestión de tiempo. La Roja tocaba, se acercaba al área de Joubert, y allí emergió la figura del goleador andante.
Diego Costa salió con el convencimiento que iba a dejar de ser virgen con España. Lo intentó hasta en seis ocasiones antes de la media hora, pero sus tentativas resultaron estériles. El reloj avanzaba y se resistía el 0-1. Hasta que David Silva alojó el cuero en la red con un disparo colocado. Minuto 26. La renta se acrecentó a tres del descanso. Paco Alcácer demostró ser la cara de la moneda del gol. Tercera diana en cuatro partidos. La cara de Diego Costa fue todo un poema. Iniesta tuvo un detalle de capitán y le dio una carantoña mientras que al valencianista le felicitaban por su tanto.
En la segunda parte, La Roja no salió a engordar el marcador y se relajó lo que permitió a la animosa Luxemburgo a estirarse y a pisar territorio hispano. Por allí pasaron de turismo, pues apenas inquietaron a De Gea. El partido entró en un fase anodina. España parecía contentarse con el 0-2. Una lástima, pues con el talento que había en el verde se podían dar más alegrías en el Día de la Hispanidad. Y faltaba por resolverse el enigma de Diego Costa con el gol. Por fin se estrenó. Sergio Busquets le asistió en un barullo dentro del área y derechazo con destino a la red. A los pocos minutos, Mourinho pudo respirar. Del Bosque sustituyó al punta del Chelsea y dio la alternativa a Rodrigo. Hispano brasileño por hispano brasileño. El valencianista no mojó, pero asistió a Juan Bernat, otro que se estrenó con La Roja y con un bonito tanto a tres minutos del final. 0-4. España goleó. Cumplió con el trámite en Luxemburgo. Sin deslumbrar. Con Casillas en el banquillo y con Diego Costa cono goleador. Por fin se quitó la espina del gol. El primero de una larga ristra. Tiempo al tiempo.
LUXEMBURGO: Joubert; Chanot, Jans Philipps; Gerson, Martins (Tupel 60’), Mutsch (Deville 86’), Holter; Da Mota (Paval 75’) y Bensi.
ESPAÑA: De Gea; Dani Carvajal, Piqué, Marc Bartra, Jordi Alba; Sergio Busquets, Koke, Iniesta (Juan Bernat 69’), David Silva (Pedro 69’); Diego Costa (Rodrigo 82’) y Paco Alcácer.
ÁRBITRO: Pavel Gil (Polonia). Mostró tarjeta amarilla a Holter (43’), Jans (68’), Diego Costa (62’) y Piqué (75’)
GOLES: 0-1. 26 minutos. David Silva. 0-2. 43 minutos. Paco Alcácer. 0-3. 69 minutos, Diego Costa. 0-4. 87 minutos. Juan Bernat.
INCIDENCIAS: Estadio Josy Barthel. 7.800 espectadores.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.