El Barça ya ha puesto en marcha la maquinaria para el fichaje de Luis Suárez. El primer paso ha sido el arrepentimiento público del delantero por su mordisco a Chiellini. Ha llegado un poquito tarde, pero es comprensible. Uruguay basó su defensa por la inexistencia de la acción. Ya fuera del Mundial, esta maniobra es un guiño a la FIFA para buscar una reducción en los cuatro meses de castigo que impuso al goleador alejado de los terrenos de juego. Un tiempo que perjudica los intereses del Liverpool, su actual equipo o Barcelona, club que se ha quedado en solitario para acometer su fichaje, y que tiene todos los visos de ser su próximo destino.
En este sentido, lamentable la aportación de Javier Faus, vicepresidente azulgrana, para la causa por la contratación del delantero. “El Barça puede afrontar todos los retos deportivos que pidan por parte del entrenador y la secretaría técnica, debido a su buena situación económica”, comentó el dirigente. Se le llenó la boca. Pero se vino arriba. Se creció al airear a los cuatro vientos otra confidencia. “El Barça, por suerte, gana dinero desde hace tres años. Tiene un EBITDA positivo muy importante. Hemos reducido la deuda y estamos en una posición económica más fuerte que hace dos o cuatro años”. En las oficinas del Liverpool tomaron buena nota.
Faus pudo haberse ahorrado dichos comentarios. Esas frases han delatado al club. Torpeza morrocotuda. Torpedeo a las negociaciones desde casa. El Barça no está dispuesto a pagar los 80 millones de euros por el uruguayo y pretendía una rebaja en su precio, pero su vicepresidente le ha marcado un gol en su propia portería, Sin sacar de centro. Le perdió la lengua por querer presumir de bonanza económica. Con estas declaraciones, ha mostrado las cartas del Barça. Ya no podrá tirarse ningún farol en las negociaciones. El Liverpool podrá exprimirle y sacar lo que pretenda por el charrúa. A Faus le perdió la boca. El Barça deberá rascarse el bolsillo y poner una buena ristra de cero en el cheque por el uruguayo.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.