Piratería en la Grecia clásica

Continuando la colaboración con Alberto Hoces-García, Grado en Historia, y su blog medipiratas.wordpress.com , ofrecemos esta parte de la historia de la piratería.

Rescatamos una época que últimamente está muy de moda en el cine y que algunos de nuestros lectores nos reclamaban. Nos toca introducir los piratas en la Antigua Grecia, tratando concretamente los que intervinieron en la Guerra de Corinto.

dionysio

Cerámica griega que representa el mito de Dionisio y los piratas.

Antes de comenzar con la piratería en este conflicto, es necesario contextualizarlo brevemente. Ocurrió entre 395 y 387 a.C., nueve años después de la Guerra del Peloponeso, que finalizó con victoria espartana. La hegemonía espartana provocó -entre otros motivos- que Tebas, Atenas, Corinto y Argos se levantaran en armas contra esta ciudad. Pero Esparta no estaba sola, ya que contaba, entre otros, con el apoyo de Egina, que es esta isla tan cercana a Atenas. ¿Que por qué solo mencionamos Egina? Pues porque vamos a hablar de la piratería que se lanzó desde la isla hacia los dominios atenineses. Somos un blog de piratas, si te interesa la Guerra de Corinto -que debería- no tienes más que pinchar en el enlace que hemos puesto un poco más arriba. Así que al lío, ¿qué pasaba en Egina?
Pasaba que, circunstancialmente, Esparta promovió las acciones piráticas de los habitantes de Egina para desestabilizar económica y moralmente a Atenas, dado que no tenía el potencial naval suficiente como para enfrentarse directamente a ella.

Y no lo tenía porque las naves de la Liga del Peloponeso -encabezada por Esparta- habían sido derrotadas en agosto de 394 a.C. en Cnido por los persas, que mantuvieron una postura ambivalente a lo largo del conflicto. Volviendo a los eginetas, resulta curioso que lo que a los ojos de los atenienses debían ser piratas sin moral alguna, desde la perspectiva espartana eran considerados valiosos aliados en una guerra declarada, imprescindibles -y por ello apoyados y autorizados- para mantener bajo control las naves atenienses. Se trata de la doble perspectiva que siempre ha existido en torno a la piratería, capaz de ensalzar al nivel de héroes lo que otros consideran criminales y de criminalizar lo que algunos pueden considerar héroes.

Volviendo a Egina, su papel durante la primera parte del conflicto se podría definir como neutral, ya que mantuvo sus relaciones con Atenas mientras acogía sin problemas a ilustres ciudadanos lacedemonios -recordemos que Esparta también se puede denominar Lacedemón-. De hecho, fue uno de estos espartanos, Eteónico, quien cambió la situación de Egina a su llegada en 390 a.C., puesto que hizo un llamamiento a los eginetas y otros habitantes de la isla -metecos y extranjeros varios- para que lanzaran incursiones en las costas del Ática. Este llamamiento contaba con el reconocimiento de los éforos espartanos, lo que le otorgaba un carácter oficial. Es importante reseñar que los griegos repudiaban enérgicamente la piratería, por considerarla injusta y no honorable -recordemos que las guerras siempre se anunciaban en la Grecia Antigua-, pero que era un recurso válido cuando existía una guerra declarada en el mar.

Si bien estas acciones no suelen ser determinantes en las guerras, es probable que la piratería sobre la región afectara significativamente a Atenas, puesto que en 389 a.C. Pánfilo de Ciriadas fue enviado al mando de diez trirremes y una fuerza terrestre para asediar por tierra y mar la ciudad de Egina. El asedio fue un éxito por tierra pero desbaratado por mar gracias a la ayuda que el navarco espartano, Teleutias, ofreció a los eginetas. La isla fue aumentando paulatinamente su importancia como centro de operaciones navales de la Liga del Peloponeso, como lo demuestra que 12 de las 37 naves de la flota permanecieran basadas allí. Estas, en su mayoría pentecónteros y triacónteros, seguramente se autofinanciaban mediante la piratería sobre el Ática, como parece indicar el hecho de que cuando los ataques cesaron, hubo un conato de motín de la marinería por falta de salarios.
Agarraos, que esta entrada toca a su fin pero en la siguiente continuaremos con un análisis de las acciones bélicas y la piratería en torno a la isla de Egina en la Guerra de Corinto.

Alberto Hoces-García
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